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El periódico «The Times» culpa a «ambas partes» de los ataques en Ámsterdam

Hinchas de fútbol israelíes atacados cerca de la estación central de Ámsterdam, en Ámsterdam, Holanda, 8 de noviembre de 2024. (Foto: Captura de pantalla/X/iAnnet/via REUTERS)

Cuando Owen Jones, en una serie de mesajes en tweeter, defendió los brutales ataques antisemitas de la semana pasada en Ámsterdam contra hinchas de fútbol del Maccabi Tel Aviv por parte de bandas en su mayoría árabes y musulmanas, no estábamos ni un poco sorprendidos. ¿Por qué? Él es un columnista de The Guardian y se llama Owen Jones.

Lo que no esperábamos, sin embargo, es un informe en el periódico «The Times» de su editor para Europa, Peter Conradi, y del reportero Hugo Daniel, que hizo todo lo posible por restar importancia a la clara naturaleza antisemita de las agresiones, una violencia antijudía planificada de antemano que fue denunciada por el primer ministro holandés, el rey holandés y las autoridades locales de Amsterdam.

El titular del artículo, curiosamente, era apropiado («Padre, dijiste que los judíos estaban a salvo»: historias de una Ámsterdam conmocionada), citando al hijo de un israelí que experimentó la turba de odio, al igual que los párrafos iniciales.

Sin embargo, el tono empieza a cambiar en este párrafo:

Mientras el gobierno holandés lidia con las repercusiones, aún quedan preguntas por responder sobre lo sucedido: ¿se trató de un pogromo organizado, como han sugerido Netanyahu y otros, o de otro ejemplo de cómo la guerra en el Medio Oriente está creando tensiones que conducen a la violencia en Europa?

En primer lugar, no fue sólo Netanyahu quien lo llamó pogromo. La alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, dijo que el acto recordaba los pogromos contra los judíos a lo largo de la historia. La embajadora Deborah Lipstadt, enviada de EEUU para contrarrestar el antisemitismo, fue más allá y dijo que lo ocurrido «recordaba terriblemente a un pogromo clásico».

Además, aunque la mayoría de las autoridades holandesas no utilizaron la palabra «pogromo», hubo acuerdo universal en que lo ocurrido estaba claramente inspirado por el antisemitismo, por bandas que coordinaron de antemano su «caza del judío».

Sin embargo, aunque el uso de la palabra específica «pogromo» para describir la violencia racista es ciertamente discutible, sugerir que las escenas de judíos salvajemente apaleados por turbas antisemitas pueden ser simplemente el resultado de las «tensiones» de la guerra de Oriente Medio niega la responsabilidad a los autores de habla árabe, e imputa al menos parte de la culpa de los despiadados ataques a las acciones del Estado judío.

Al igual que Owen Jones, el informe de The Times centra su defensa, al menos parcial, de la violencia antijudía en el hecho de que, dos días antes de los ataques, algunos de los hinchas israelíes arrancaron una bandera palestina y, según se informa, le prendieron fuego. Además, hay un vídeo de un grupo de israelíes cantando, en hebreo: «Vamos a j*** a los árabes».

Pero, como señalamos al periodista del Times en Twitter, los judíos del Reino Unido han visto carteles de los secuestrados constantemente arrancados por activistas antiisraelíes, y banderas israelíes destrozadas, desde la masacre del 7 de octubre, así como cánticos antisemitas y proterroristas e insultos en las calles por parte de manifestantes, muchos de ellos musulmanes. ¿Puede imaginarse a alguien citando tal comportamiento para justificar ataques judíos contra musulmanes británicos?

Más adelante en el artículo, los redactores del Times retoman el tema de las «tensiones» comprensibles -más que el odio a los judíos- que avivaron la violencia el viernes, cuando se les dice a los lectores que «Ámsterdam tiene una gran población norteafricana, muchos de ellos conmocionados por las imágenes en las redes sociales y la televisión del asalto militar de Israel a Gaza y Líbano».

Luego reconocen que ha habido un «aumento» de incidentes antijudíos en el país, pero no llegan a la conclusión intuitiva de que quienes en Europa son más radicalmente antiisraelíes, en particular los musulmanes, tienden a ser los más antisemitas, con su odio a Israel impulsado por su odio a los judíos por ser judíos.

No parece haber duda de que los periodistas habrían cubierto los ataques antisemitas en Ámsterdam de forma muy diferente, evitando incluso la apariencia de excusar la violencia antisemita, si los autores hubieran sido neonazis u otros extremistas de extrema derecha.

El hecho es que gran parte de los medios de comunicación todavía se niegan a aceptar el hecho de que, aunque el antisemitismo de extrema derecha sigue siendo un problema importante, la amenaza más grave para las comunidades judías en Europa y América del Norte viene de las personas de ascendencia de Oriente Medio y sus aliados pro-palestinos de extrema izquierda. Esto ha sido particularmente evidente desde la masacre del 7 de octubre.

Como Dave Rich observó en su anuncio de Substack sobre los ataques en Ámsterdam, la vergonzosa reacción de algunos sectores a las turbas antisemitas sirve como «un recordatorio de que algunas de las personas de nuestras sociedades que se han unido a la causa palestina encontrarán formas de justificar y excusar cualquier cosa que les ocurra a los judíos de Europa». 

Adam Levick es coeditor de CAMERA UK (antes UK Media Watch y BBC Watch), la división británica de la organización estadounidense Committee for Accuracy in Middle East Reporting and Analysis (CAMERA), que cuenta con 65.000 miembros y fue fundada en 1982.

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