Un ex rehén israelí afirma que la mayoría de los terroristas de Hamás estaban «drogados o completamente inhumanos» durante el ataque del 7 de octubre.

El ex rehén Luis Har fue secuestrado por terroristas de Hamás el 7 de octubre de 2023 en su casa del kibutz Nir Yitzhak, una comunidad rural israelí cercana a la frontera con Gaza. Como muchos otros ex rehenes, Har reveló que la mayoría de los terroristas de Hamás eran inhumanos y con frecuencia estaban bajo la influencia de las drogas.

«Hubo algunos momentos de humanidad, pero fueron pocos. La mayoría de ellos estaban drogados o eran completamente inhumanos», recordó Har en una entrevista reciente con el medio de comunicación israelí Maariv. Expresó su preocupación por los rehenes israelíes que siguen retenidos por las organizaciones terroristas Hamás y Yihad Islámica Palestina en Gaza.

«Los rehenes de hoy sufren hambre prolongado», evaluó Har.

«Hamás se queda con toda la ayuda», continuó. Instó a los líderes israelíes e internacionales a hacer todo lo que esté en su mano para conseguir la liberación de los rehenes que quedan retenidos en Gaza.

«Yo estuve allí; sé lo que significa retrasar los acuerdos. Cada día aumenta el miedo, el peligro y el sufrimiento. No debemos esperar, y no debemos retrasarnos, porque cada día que pasa aumenta la preocupación de que, al final, no quede nadie a quien traer de vuelta», advirtió Har.

Recordó el traumático momento en que los terroristas de Hamás lo capturaron a él y a otros cuatro israelíes aquel día de octubre.

«Los terroristas irrumpieron en nuestra habitación refugio; éramos cinco. Empezamos a gritar: '¡No disparen! ¡No disparen!' Gritaban en árabe y nos sacaron a rastras. A los que tenían pelo les tiraban del pelo; a los otros, como yo, que somos calvos, nos tiraban de la ropa y nos empujaban. Al salir, miré a mi alrededor y vi toda la casa llena de terroristas gritando, golpeando los muebles con sus armas, disparando y rompiendo cristales. La sala de estar, la cocina y las habitaciones estaban repletas de ellos», dijo.

En junio de 2024, las fuerzas especiales israelíes rescataron a Har y a otros tres rehenes israelíes en una audaz operación de rescate en el centro de Gaza.

Har describió cómo incluso mujeres y adolescentes palestinas participaban en la matanza.

«Vi otras casas en las que también habían entrado a la fuerza. Todas las puertas estaban abiertas y los patios estaban vacíos y en silencio. Parecía que ya habían capturado a todos los residentes del kibutz. Alguien había robado una bicicleta y le había atado un pequeño tractor de niño. Había muchas mujeres y adolescentes saqueando casas, corriendo en todas direcciones e intentando entrar en las casas junto con los terroristas. Parecía una película surrealista», dijo, describiendo el susto cuando los obligaron a subir a unos coches que esperaban.

«Un Toyota blanco frenó en seco y rápidamente nos subimos en medio de gritos y prisas», dijo Har.

«Mia [Leimberg, una compañera de cautiverio] estaba en estado de shock, completamente aterrorizada. Sostenía al perro y no hablaba. Pero nosotros hablábamos en español entre nosotros. Dijimos: 'Hagamos como si no entendiéramos hebreo o árabe para minimizar el contacto con los terroristas'».

A los rehenes los hicieron sentarse encima de las armas que llenaban el coche (morteros, granadas propulsadas por cohetes) y encima de ellos se colocaron cinco terroristas que gritaban «Allahu Akbar» y disparaban al aire.

«Nos pisotearon como si fuéramos trapos», dijo Har, describiendo cómo los adolescentes palestinos que se acercaban al coche en dirección a Khan Younis claramente querían lincharles.

Durante el trayecto por Gaza, los rehenes sobrevivieron al no resistirse, explicó Har:

«Dijimos que lo más importante era no resistirnos, cooperar y responder de una manera que no los enfadara. Así es como nos mantuvimos a salvo. Cada vez que se abría una puerta, nos decíamos: 'Ya está; hemos llegado a la última parada'. En algún momento, los terroristas preguntaron: '¿Sois judíos?' e inmediatamente dijimos: 'No, no, somos argentinos: Messi, fútbol, Messi'».

Har señaló que el humor les mantuvo cuerdos durante la barbarie que tuvieron que soportar de sus captores palestinos, «que constantemente amenazaban y gritaban».

«En algún momento, empezamos a reírnos cada vez que decían 'shwaya shwaya' (despacio, despacio). Le decía al hombre de la casa: 'Vamos, shwaya shwaya, ya llevamos aquí semanas'. El humor nos salvó».