A pesar de haber sido gravemente herido en Gaza, un soldado de las FDI de familia judía mesiánica anima a los demás

En uno de los primeros incidentes con víctimas en masa durante la operación terrestre de Israel en la Franja de Gaza, la explosión del pozo de un túnel trampa mató a cuatro soldados de las FDI e hirió de gravedad a otros cinco.

El soldado que sufrió las heridas más graves en la explosión es Amitay Argaman, hijo de una familia judía mesiánica.

Argaman temía no sobrevivir a la evacuación al hospital, según declaró a las noticias del Canal 13 de Israel en una entrevista reciente.

Cuando llegó al hospital, los médicos tomaron una decisión drástica que acabó salvándole la vida: Le amputaron las dos piernas.

"Tuve mucha suerte", bromeó Argaman. "Estaba herido en casi todas las partes que no son cruciales para la vida. Me hirieron muy gravemente, pero sobreviví".

Durante su servicio militar regular, Argaman sirvió en la unidad de comandos de élite Maglan de las FDI. Más tarde, se embarcó en la típica excursión post-ejército israelí y viajó por Sudamérica.

Tras aproximadamente medio año de viaje, regresó a Israel el 6 de octubre, un día antes de que los terroristas de Hamás perpetraran su asalto asesino contra múltiples comunidades fronterizas israelíes.

A pesar del desfase horario, en cuanto escuchó las primeras noticias de la invasión, Argaman empezó a organizarse por iniciativa propia, antes de ser llamado por las FDI.

"Incluso me corté el pelo, porque lo tenía largo [del viaje]... también el equipo, hice lo necesario... es lo que se espera de un combatiente".

La unidad de Argaman fue de las primeras en entrar en la Franja de Gaza. Tras casi un mes de combates, su unidad recibió el encargo de despejar un edificio en la ciudad de Beit Hanoun.

Durante el rastreo del edificio, terroristas de Hamás activaron una potente carga explosiva, matando a cuatro soldados e hiriendo a otros cinco.

A pesar de sus heridas críticas, Argaman luchó por mantenerse consciente y se mantuvo activo, intentando hablar y hacer preguntas constantemente durante la evacuación.

Su actitud positiva ha seguido dando fuerzas a su familia, amigos e incluso al personal del hospital, al que incluso agradeció su rápida decisión de amputarle las piernas, lo que le salvó la vida.

"Debes tener algún tipo de resiliencia interior, que proviene de la comprensión de que fui herido en una guerra justa, no fue en vano", dijo Argaman durante la entrevista.

"Cuando estaba luchando, veía Sderot detrás de mí. Me dije: 'ahí es donde vive mi hermana, está tan cerca'. Estás luchando por ellos".