¿Fue la referencia bíblica de Netanyahu a Amalek un llamado al genocidio en Gaza?

El 28 de octubre de 2023, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se presentó ante nuestra afligida nación y pronunció un discurso en el que dijo: “Recuerden lo que Amalek les ha hecho”. 

Esta era una línea directamente de las Escrituras, lo cual es normal en el estilo retórico de Netanyahu. Sin embargo, esta vez, esta línea de las Escrituras, que reconoce el peor ataque en la historia del antiguo Israel, justo después del peor ataque en la historia del Israel moderno, provocó que nuestro primer ministro sufriera una reacción violenta de acusaciones. 

Esta cita inicialmente provocó un frenesí en las redes sociales acusando al primer ministro de incitar al genocidio contra el pueblo palestino; tomando nota de un llamado posterior a la destrucción total de los amalecitas en el antiguo testamento. Las acusaciones no se detuvieron con los guerreros del teclado, sino que eventualmente entraron en el discurso legal, cuando el equipo legal de Sudáfrica utilizó esta citacion en su declaración presentada contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). 

Independientemente de si Sudáfrica tiene motivos para presentar un caso contra Israel, el derecho internacional que su equipo puso en duda es si Israel está violando o no la Convención sobre Genocidio en su respuesta militar a la masacre liderada por Hamás el 7 de octubre. 

La ironía del asunto es que la Convención sobre Genocidio se redactó en respuesta al Holocausto, un evento que vio el asesinato sistemático de más de seis millones de judíos y para el cual incluso se creó y definió el término legal “genocidio”. 

Como se ha citado a Netanyahu en relación con este juicio, “… el Estado de Israel es acusado de genocidio en un momento en el que está luchando contra el genocidio”. 

Según el derecho internacional, el uso de la fuerza y ​​el número de víctimas por sí solo durante un tiempo de guerra no constituye genocidio. Es un delito impulsado por la intención específica de destruir total o parcialmente a un grupo étnico específico. Los argumentos habituales pro palestinos de desproporcionalidad y castigo colectivo, incluso cuando se adaptan a las particularidades de esta guerra, no son suficientes para presentar un argumento legal plausible a favor del genocidio. 

La pancarta de la exposición permanente en el Memorial del Holocausto Yad Vashem que dice en hebreo “Recuerda lo que Amalek te ha hecho”.

Aquí es donde entra en juego el discurso de Netanyahu. 

Si Sudáfrica puede utilizar adecuadamente la cita de Amalek, junto con declaraciones de otros ministros del gobierno que comparten temas similares, pueden comenzar a construir un caso que asigne un motivo genocida a las consecuencias de la fuerza que el pueblo de Gaza está sufriendo por los ataques israelíes contra objetivos de Hamas. . 

La respuesta del equipo legal israelí a este reclamo específico en la Corte Mundial ha sido que se trata de una grave “distorsión” de la realidad. 

Como señaló el profesor Malcolm Shaw en su discurso ante la CIJ, cuando se analiza el contexto completo del discurso, junto con las declaraciones políticas israelíes documentadas sobre el mantenimiento de la necesidad de proteger a quienes no están militarmente involucrados, el argumento sudafricano es de hecho una distorsión. 

"Producir citas aleatorias que no se ajusten a la política gubernamental es, en el mejor de los casos, engañoso", afirmó Shaw. 

Engañoso es una descripción apropiada para los tribunales, pero más allá del discurso legal, esta acusación sigue siendo problemática. Vincular esta invocación de Amalek con la idea de incitar al genocidio es un asalto revisionista a la historia de un pueblo. Es una inversión de siglos de pensamiento judío, donde ha habido una larga tradición de utilizar amalek como tipología del antisemitismo.

Ya sea discutiendo el antisemitismo de la Edad Media y las falsas acusaciones antisemitistas; los perpetradores de las Cruzadas, la Inquisición, los Pogromos o el Holocausto, tanto en el discurso académico como popular, estos malhechores y eventos malvados están ligados existencialmente a la semejanza de Amalec. 

El verso exacto que citó Netanyahu se encuentra a menudo en los monumentos conmemorativos del Holocausto y en la literatura sobre el Holocausto. Yad VaShem tiene archivado un cartel de la década de 1940 que anuncia la necesidad de registrar historias de sobrevivientes del Holocausto, en letras en negrita que dicen “Zchor et asher aseh lecha Amalek”, la traducción hebrea de “Recuerda lo que Amalek te hizo”. 

Esta comparación a largo plazo tiene un propósito y es intencional. Ha ayudado al pueblo judío, el pueblo étnico-religioso más perseguido en la historia mundial, a generar un marco para los dolores de su pasado. 

¿Quién es Amalek y por qué este pueblo está vinculado al antisemitismo? 

Los amalecitas fueron la primera tribu que libró la guerra contra la naciente nación de Israel cuando entraron al desierto después del Éxodo. Sin provocación, Amalec atacó brutalmente a los más débiles y frágiles entre los israelitas, golpeando a los que se quedaban atrás. 

Los israelitas finalmente lograron derrotar este malvado ataque, y cuando la historia se registra en la tora (el pentateuco) (Éxodo 17), viene con una mitzvá (mandato) de: “Recuerda lo que Amalek te hizo en el camino cuando saliste de Egipto… " 

Netanyahu también explicó la conexión histórica y cómo esta referencia bíblica se ha utilizado a lo largo de los tiempos. 

“Los amalecitas atacaron sin piedad a los hijos de Israel después del Éxodo de Egipto. La comparación con Amalek se ha utilizado a lo largo de los siglos para designar a quienes buscan erradicar al pueblo judío, más recientemente a los nazis”, dijo el primer ministro israelí en un comunicado emitido el 16 de enero de 2024. 

“Es por eso que las palabras en una pancarta en una exhibición permanente en Yad Vashem, el famoso Museo del Holocausto de Israel, instan a los visitantes a 'Recordar lo que Amalek te hizo'. Esta misma frase aparece en La Haya en el monumento a los judíos holandeses asesinados durante el Holocausto. Obviamente ninguna de las referencias es una incitación al genocidio del pueblo alemán”, añadió.

Desde un punto de vista religioso, este mandamiento de “recordar” es algo que el pueblo judío toma muy en serio y lo hace anualmente. El día del recuerdo de Amalek se conoce como la Parashá Zachor (porcion de la biblia “recuerda”) y ocurre en el Shabat anterior a Purim, la Fiesta de Ester. 

En la lectura de la Haftará  (lectura de los profetas) para el Zajor (recuerda), encontramos una batalla con los amalecitas diferente a la que recibió al joven Israel cuando entró en la tierra prometida. En la próxima batalla, a Saúl se le ordena llevar a los amalecitas a la destrucción completa. Esta es la orden a favor de la cual fundamentan las opiniones contradictorias sobre el discurso del primer ministro.

En el judaísmo rabínico, se reconoce el mandato de llevar a Amalek a la destrucción, pero la plenitud de la enseñanza es un énfasis en que uno puede y debe distinguir a los amalecitas de los no amalecitas. El espíritu de Amalec es el de un mal específico que no todos encarnan. Amalec "no temió al Señor", y esta no es una declaración pasiva. Tenían un absoluto desprecio por Su santidad y un completo desprecio por la forma milagrosa en que sacó a Israel de la esclavitud en Egipto. El Salmo 83 incluso enumera a los amalecitas como enemigos de Dios. Amalec no es tu enemigo cotidiano, y su maldad debe distinguirse intencionalmente de todos los demás. 

Netanyahu se mantuvo coherente con las enseñanzas rabínicas al finalizar su discurso. 

Frente a nuestros valientes y heroicos soldados, hay una misión prioritaria: derrotar al enemigo asesino y asegurar nuestra existencia en nuestra tierra… Las FDI son el ejército más moral del mundo; Las FDI hacen todo lo posible para evitar dañar a los no involucrados”. 

Los no involucrados aquí, los civiles protegidos por el derecho internacional y la decencia humana básica de nuestras FDI, son los no amalecitas. 

La narración bíblica continúa cuando Saúl desobedece la palabra del Señor, perdonándole la vida al rey amalecita Agag, lo que conduce a la eventual ruina de Saúl e incluso a consecuencias futuras para la nación de Israel. 

La razón por la que la parashá Zajor (porcion de la biblia “recuerda”) cae en Shabat (sábado) antes de la fiesta de Purim es porque es aquí, 600 años después, donde ocurre una sorprendente serie de circunstancias. 

Providencialmente, Mordejai y Ester, benjaminitas del linaje de Saúl, se encuentran posicionados en la familia real, con Ester como reina. Ester es llamada para un momento como este, para poder ayudar a salvar las vidas de su pueblo. Trabajan juntos para frustrar valientemente los planes del malvado Amán, quien casualmente (o no) es del linaje del rey Agag –sí, el mismo Agag salvado por el rey Saúl– en una inversión de la historia de sus antepasados. 

La importancia de la narrativa más amplia de los amalecitas se remonta a la primera batalla en la que las Escrituras dicen: "El Señor tendrá guerra contra Amalec de generación en generación". 

La negligencia de Saúl de ejercer la justicia según el mandato prescrito del Señor dejó a las generaciones futuras expuestas a ataques. Esto nos deja una lección sobre las consecuencias de confundir la misericordia con la necesidad de justicia. 

Si bien hoy en día se desconocen los descendientes físicos de los amalecitas, esta batalla existencial persiste a través de los descendientes ideológicos de Amalec. Cada generación tiene que lidiar con este espíritu de antisemitismo que comenzó en la antigüedad. 

El proceso de recordar no es simplemente mirar hacia atrás, sino más bien el de una espiral que gira cada año –y cada generación– mientras simultáneamente avanza. 

El Primer Ministro Netanyahu no estaba incitando al genocidio. Más bien, estaba participando en la tradición de su pueblo, llamándolos a la orden de recordar el mal que se les había hecho y llevando el ataque de Hamás al contexto más amplio de la historia judía. 

Los acontecimientos del 7 de octubre nos mostraron hasta qué punto Hamás ejemplifica en gran medida el espíritu de Amalek, atacando a los débiles y vulnerables de Israel, de maneras inimaginables. 

Frente a tal magnitud de mal, ni Sudáfrica, ni la CIJ, ni la izquierda o la derecha antisemita –ni nadie, en realidad– deberían tener el apoyo público para tomar esta tradición del pensamiento judío, un marco para procesar el sufrimiento de su pasado, y usarlo contra ellos.

Esto, en sí mismo, viene en un espíritu de Amalec.

Si vamos a seguir el ejemplo de Ester sobre cómo lograr la derrota de Amalec, la respuesta comienza con el valor de reconocer estos males y decirlo.

Esta acusación de incitación al genocidio no sólo es una distorsión, sino que simplemente es errónea.